miércoles, 8 de noviembre de 2017

La obtención de acero en España

Los principales altos hornos de España se encuentran en Vizcaya y en Marbella:

Altos Hornos de Vizcaya, también llamada por su acrónimo AHV, fue la mayor empresa de España durante gran parte del siglo XX, surgida por la fusión de varias empresas siderometalúrgicas de Vizcaya.

Los altos hornos de Marbella fueron el segundo establecimiento siderúrgico de España, fundados en 1826, solo después del de Sargadelos creado en 1794.

El proceso siderúrgico tiene como meta la obtención de acero, lo que se puede conseguir a través de dos sistemas: mediante alto horno o con horno eléctrico.

Mediante alto horno:

El proceso siderúrgico de alto horno comienza con el tratamiento del mineral de hierro. El mineral se introduce directamente en el horno. Los finos del mineral de hierro junto con los fundentes (caliza) se aglomeran para darles un tamaño apto para su consumo en el horno. Este proceso de conversión se denomina sinterización y el producto conseguido, sínter.

En el horno también se introduce carbón destilado, también denominado cok. El cok siderúrgico es un material duro, poroso y con un contenido en carbono superior al 90 %.

Esa mezcla de mineral de hierro, sínter y cok se calienta en el horno mediante una inyección de aire caliente. El cok actúa como combustible y elemento reductor del oxígeno que lleva el hierro. Los fundentes añadidos se encargan de formar la escoria, subproducto que atrapa las impurezas del mineral de hierro.

El producto obtenido en el horno alto es el arrabio, un material con una riqueza en hierro cercana al 95 % y alrededor del 3,5 % de carbono. Para minimizar la cantidad de azufre, un elemento muy negativo para el acero, se le añade posteriormente carburo cálcico.
La escoria que también genera el horno está formada por silicio, el manganeso, el azufre y el fósforo. Una vez tratado, este subproducto se utiliza como capa base de carreteras y en la fabricación de cementos.
La diferencia entre el arrabio y el acero estriba en la cantidad de carbono que tiene el producto férrico. Si el contenido es inferior al 1,7 % se considera acero. Si es superior recibe el nombre de fundición. El arrabio forma parte de este último grupo.
El arrabio es convertido en acero mediante los convertidores, que eliminan el arrabio inyectando oxígeno.
Tras el convertidor, el acero pasa por la metalurgia secundaria de la acería. Su función es ajustar la composición mediante la incorporación de ferroaleaciones y de gases.
El acero se solidifica en la colada continua. En esta instalación se trasvasa el acero líquido a un molde para darle forma de semiproductos.
Cuando la laminación se realiza en frío, el acero sufre alteraciones en su estructura interna por lo que es necesario someter el producto a un proceso de recocido, que permite regenerar esa estructura y mejorar sus características mecánicas.

Mediante Honro eléctrico
El proceso de obtención de acero a través del horno eléctrico se diferencia del anterior en dos puntos fundamentales. En primer lugar, la principal materia prima es la chatarra, es decir, el propio acero reciclado al final de su vida útil.. La segunda diferencia es el uso de hornos eléctricos, donde se carga la chatarra y en los que se crea un arco eléctrico que salta entre los electrodos. La mayor parte del acero obtenido por este procedimiento se destina a productos largos empleados en la construcción.


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